El taller artístico culminó con un emocionante show de ‘Los Cachafaces del Oeste’, que celebraron su crecimiento y esfuerzo realizado duranta el año.
En el Servicio Penitenciario Provincial, 35 personas privadas de la libertad del Sector 4 concluyeron el Taller de Murga con un espectáculo que reflejó esfuerzo, creatividad y trabajo en equipo. «Los Cachafaces del Oeste», como se autodenominan, ofrecieron un colorido cierre de año que dejó huella.
Coordinada por el OTC, la actividad contó con la guía de las licenciadas Ángela Fidalgo y Sofía Álvarez, junto al tallerista Jorge Gómez. Durante el año, los participantes no solo aprendieron sobre el arte de la murga, sino que también desarrollaron habilidades como la organización y la autogestión. Un ejemplo de esto fue la confección de sus trajes, donde recaudaron fondos a través de distintas actividades para comprar tela y diseñar su propia indumentaria, reflejando identidad y compromiso.
En primera instancia, la Lic. Sofía Álvarez resaltó que “el desafío comenzó el año pasado para dar espacio a que las personas desarrollen habilidades silenciadas”. Luego remarcó que “este proyecto siempre buscó que personas le den identidad y sentido de pertenencia”.
Seguidamente, el tallerista Jorge Gómez comentó que “el objetivo es tratar de lograr una unión entre ellos y sepan construir más allá de la música, que tengan las herramientas adecuadas y valorar el trabajo grupal”. “Esta es la segunda edición, antes había 15 personas y hoy 35 que componen distintas partes, ambientes y bloques como el escenario para ejecutar música, percusión y cuerpo de baile”.
Al finalizar la presentación, cada participante recibió un certificado que reconoce su esfuerzo y dedicación a lo largo del año y dijeron que “esta posibilidad nos hace muy felices a nosotros”. “Como Cachafaces es un momento bonito para agradecer que este proyecto se hace realidad, tras el arduo trabajo de un año gracias al maestro Gómez y las licenciadas que nos enseñaron a sacar miedos, sonreír y animarnos” cerraron las personas.
El taller de murga no solo promovió la inserción social a través del arte, sino que también dejó claro que la música puede ser un puente hacia nuevas oportunidades. «Los Cachafaces del Oeste» cerraron su ciclo anual, pero abrieron puertas hacia un futuro más esperanzador.